La Autocompasión

La Autocompasión

Tratar de cambiar las maneras que te permitan ser más saludable y feliz, pero esto lo haces porque te preocupas por ti mismo, no porque no valgas nada o seas inaceptable.

Tal vez lo más importante al tener compasión por ti mismo sea que honras y aceptas tu humanidad. Las cosas no siempre salen como tú quieres. Te encontrarás con frustraciones, habrá pérdidas, cometerás errores, y te vas a topar con tus limitaciones y la caída de tus ideales. Esta es la condición humana, una realidad compartida por todos nosotros. Cuanto más abres tu corazón a esta realidad en lugar de estar constantemente luchando contra ella, más serás capaz de sentir compasión por ti mismo y todos tus congéneres en la experiencia de la vida.

La auto-compasión es la base de la curación emocional dentro de Mindfulness. Al hacernos conscientes, en el momento presente, de que estamos luchando con sentimientos de in-adecuación, desesperación, u otras emociones dolorosas, nos permite responder con amabilidad y comprensión.

La auto-compasión consciente nos permite gestionar mejor las emociones difíciles (miedo, ira, tristeza, vergüenza y duda), porque se realiza en el espacio de la conciencia amorosa, lo que aporta mayor sosiego y bienestar en nuestra vida cotidiana.

Esta actitud compasiva hacia uno mismo, puede ser aprendida por cualquier persona. Es la práctica de una repetida evocación de buena voluntad para con nosotros mismos, especialmente cuando estamos sufriendo o nos sentimos inapropiados, cultivando así el deseo de que todos los seres vivan felices y libres de sufrimiento.

LA AUTOCOMPASION es aceptación y consciencia en la adversidad

¿Y si en lugar de valorarnos por nuestros logros con juicios hechos desde la mente, nos aceptamos y nos queremos desde el corazón simplemente por ser humanos?. ¿Y si en lugar de perdernos en pensar que somos buenos o malos, tomamos conciencia del momento presente, y nos damos cuenta que todo cambia, que los éxitos y fracasos vienen y van, que no determinan nuestro valor, que son sólo una parte del proceso de vivir?.

La compasión hacia uno mismo se refiere a los buenos sentimientos hacia la propia persona, no por ser mejores que otros ni por obtener más logros, sino por ser humanos y como tales, frágiles e imperfectos pero también magníficos. La autocompasión no es un juicio, es una aceptación de lo que somos, que además nos hace sentir conectados con los demás. Puedo aceptarme y valorarme a pesar de fracasar, a pesar de que mis resultados no sean tan brillantes como me gustaría, a pesar de ser rechazado en un momento dado… y no necesito engañarme, simplemente tomo conciencia de todo ello.

Se podría decir que al creernos individuos aislados caemos en la trampa de la separación, aparece el juego de la autovaloración por comparación con los demás. Me pienso valioso por contraste, en función de lo que me distingue del otro en lugar de apreciar lo que me une, la colaboración y la conexión.

Cuando nos vemos como parte de un gran todo interdependiente, nos aceptamos tal como somos. La felicidad real es la que surge de participar del flujo de la vida y sentirnos conectados.

Los componentes de la auto-compasión.

Podemos considerar que abarca tres elementos fundamentales. En primer lugar requiere atención plena o mindfulness, vivir nuestra experiencia conscientemente sin ignorar el dolor. En segundo lugar, es necesario que reconozcamos nuestra humanidad común, sentirnos conectados con los demás en lugar de aislados y alienados por el sufrimiento. En tercer lugar, requiere bondad hacia uno mismo, ser amable y comprensivo con uno mismo, en lugar de autocrítico.

Mindfulness significa afrontar la realidad como es, la aceptación natural de lo que ocurre en el presente para responder a nuestra situación de la manera más compasiva y eficaz.

Otra clave para entender elmindfulness consiste en diferenciar la conciencia en sí misma, de su contenido. Los contenidos de la conciencia son sensaciones, imágenes, sonidos, emociones, pensamientos. Son elementos que vienen y van, en constante cambio. Sin embargo la conciencia es lo que no cambia, la luz que ilumina los contenidos.

Cuando practicamos mindfulness encontramos la libertad de dejar de ser arrastrados por los contenidos de la conciencia – no identificarnos con lo que haya (p.e. un pensamiento de enfado, un temor, etc)- y en su lugar permanecer centrados en la conciencia misma. Eso nos da la oportunidad de poder responder de forma consciente en lugar de reaccionar automáticamente.

Dado que mucho sufrimiento emocional viene de la resistencia a aceptar lo que es, deseando que las cosas sean distintas, mindfulness alivia porque acepta y se abre a toda la experiencia desde la conciencia.

Cuando entrenamos la atención plena se incrementa nuestra capacidad de autocompasión. Igualmente al desarrollar los otros dos componentes (la bondad hacia uno mismo y la humanidad común) también se amplía nuestra capacidad de ser conscientes y se crea un círculo positivo. Es más fácil ser consciente cuando te sientes querido y conectado.